El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro británico, Keir Starmer, escenificaron ayer la fortaleza de la histórica “relación especial” entre Estados Unidos y Gran Bretaña, al término de una reunión en la residencia de campo oficial de Chequers que marcó el cierre de la segunda visita de Estado del mandatario republicano al Reino Unido.

Ambos líderes celebraron públicamente la profundización de ese vínculo.

“Creo que todos estamos de acuerdo. Hay mucho que celebrar en la relación especial entre nuestros dos países”, destacó Starmer en la rueda de prensa conjunta, donde calificó a Trump de “amigo” y subrayó que el presidente estadounidense es “el socio más natural para Gran Bretaña”, después de cerrar un abultado acuerdo comercial entre ambos países.

El mandatari

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