Así, las sorpresas han sido positivas desde el punto de vista de crecimiento. La diferencia frente a las cifras reportadas en junio de este año puede ser marginal, pero el cambio genera un impacto importante para el conjunto de inversionistas, quienes evalúan constantemente si el “aterrizaje suave” de la economía sigue siendo un escenario plausible. Por supuesto, los riesgos macroeconómicos permanecen. La inflación de corto plazo probablemente sea algo más alta —un efecto muy ligado a los aranceles— y la evolución del mercado laboral podría poner en duda, en algún momento, la gran estabilidad que se observa en ese mercado. La economía estadounidense , una vez más, demuestra una resiliencia que le permite navegar a distintos ritmos en un mundo que muestra más riesgos que antes.
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