Gustavo Borges
Ciudad de México, 20 sep (EFE).- Que la capital mexicana siempre está a la espera del próximo terremoto no es una maldición de ningún Dios colérico; más bien es consecuencia de la decisión de los fundadores de la urbe de levantarla sobre un lago.
“Le preguntaron al eminente arquitecto Mario Pani por qué se caían en los temblores algunos de sus edificios y dio la mejor respuesta: la culpa es de los Aztecas”, aseguró en entrevista a EFE el arquitecto Iván Salcido, estudioso de la sismología en la metrópoli.
Además de ser el historiador de los seísmos en la Ciudad de México, Salcido es un conocedor de la calidad de los suelos del lugar y se sabe de memoria la tendencia de sus movimientos sísmicos.
“En el 2023 registramos un promedio de 90 temblores diarios. Cada un año y me