Luego de 90 años, la historia de Inca Kola es prácticamente conocida por el 80% de los peruanos que la aman y por una minoría que no tolera su sabor “a chicle y dulce”. La primera botella vio la luz en febrero de 1935, no solo en vísperas del aniversario de Lima, sino también un año antes de la llegada comercial de Coca-Cola al país. No era un secreto que el gigante rojo buscaba sumar 20 millones de consumidores en Sudamérica, pero la familia Lindley se adelantó.

La familia aprovechó la ola nacionalista del gobierno militar de la época para posicionar su gaseosa como la “bebida de sabor nacional” . Incluso se forjó una estrecha relación entre Inca Kola y la modelo Gladys Arista, cuyo perfil peruano competía con las modelos rubias de esos tiempos. A esto se sumaron los eslóganes de s

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