Trabajar menos y vivir mejor. No debe de costarle encontrar adeptos a su propuesta.
Cuando la gente escucha este tipo de reflexiones suele comulgar muy rápido, pero en seguida te dicen: sí, claro, ya me gustaría, pero es imposible. Reconocemos que malvivimos, que vamos todo el día arrastrando estrés, agotamiento, ansiedad… Pero hemos asumido que no hay alternativa, que vivir así es lo natural, que el capitalismo y el sistema de vida que este nos propone es como la ley de la gravedad, algo inevitable. Y no es así.
Si su bisabuelo le oyera, probablemente le diría: Juanito, tenéis teléfonos móviles, aire acondicionado, trenes de alta velocidad, vivís a todo confort, ¿de qué os quejáis?
Sin duda, se sentiría fascinado por el portento de la tecnología y por todo lo que hoy hay y antes no hab