No hay respiro en Buckingham Palace . Mientras la corona intenta mantener la apariencia de unidad y estabilidad, la realidad muestra un panorama bien distinto. Carlos III y el príncipe Guillermo protagonizaron un incómodo encuentro público que deja en evidencia que la relación entre padre e hijo atraviesa su momento más delicado. A la fría distancia entre ambos se suma la ola de críticas hacia la familia Windsor por las conexiones del príncipe Andrés con el magnate Jeffrey Epstein y la inoportuna visita de Donald Trump al Reino Unido, un cóctel que amenaza con desestabilizar aún más a la monarquía.

Los jardines del Palacio de Windsor se convirtieron en escenario de protesta: enormes lonas con imágenes de Trump y Epstein, así como proyecciones sobre las torres del castillo con fot

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