No todo lo que duele es malo, a veces es sólo el comienzo de algo mejor.
Así fue para Lorena, una mujer de 46 años de Posadas, Misiones, que jamás imaginó que el que durante años había sido su adversario en los tribunales terminaría siendo el amor inesperado de su vida : David, el mismo abogado de 41 años que la atacó con ferocidad en el juicio de su divorcio, defendiendo a su ex marido.
A veces la vida tiene un sentido del humor tan irónico como cruel, y otras, sorprendentemente romántico. La historia de Lorena y David está llena de giros, encuentros inesperados y de esa tensión que sólo los amores verdaderos saben provocar. Mezcla de respeto, deseo y un entendimiento profundo que se forja cuando ambos atravesaron por la vida y sus tormentas.
Primer acto: un saludo que no dejó huel