La sastrería siempre ha sido sinónimo de elegancia y poder, pero esta primavera el traje clásico encuentra un nuevo aliado: el chaleco. La pieza que durante décadas estuvo reservada al armario masculino regresa renovada para convertirse en la protagonista de los looks femeninos, aportando sofisticación y frescura a la vez.

Diseñadores de distintas latitudes coincidieron en llevar el sastre a un terreno más ligero, acorde a la temporada. Así, los trajes de lino, algodón y mezclas frescas se presentan en tonalidades claras -blanco, arena, gris perla, celeste- y se combinan con chalecos de corte minimalista. El resultado: conjuntos que mantienen el aire formal de la sastrería, pero que a la vez transmiten modernidad y comodidad.

El chaleco, usado como prenda central, funciona de múltiples f

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