Egipto ha reaccionado con indignación tras conocerse que un brazalete de hace 3.000 años perteneciente al faraón Amenemope fue robado del Museo Egipcio de El Cairo y posteriormente fundido para obtener oro.

El ministro de Turismo y Antigüedades, Sherif Fathy, explicó en televisión que la pieza desapareció el pasado 9 de septiembre, mientras se preparaban objetos para una exposición en Italia. El responsable atribuyó el robo a la “negligencia” en los protocolos de seguridad y confirmó que la Fiscalía mantiene abierta una investigación.

La joya, que incluía una cuenta de lapislázuli, fue sustraída de un laboratorio de restauración del museo, que no disponía de cámaras de seguridad. Según el Ministerio del Interior, el brazalete pasó por varias manos antes de ser fundido en un taller de oro

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