El Vaticano en teoría es el guardián de los valores morales y universales de la dignidad, de la voz de los sin voz, una moral que ya se cuestiona en los últimos años. Recientemente, la institución ha exhibido una alarmante cobardía al no pronunciarse con contundencia sobre el asesinato de Charlie Kirk.
Mis buenos amigos en la Iglesia Católica saben que he alzado mi voz permanentemente en su defensa, sobre todo en los momentos donde se pretendía etiquetar de pedófilo a cualquier religioso. Hemos tenido excelentes resultados en la promoción del diálogo interreligioso, con los que me codeo están claros que hoy hay una guerra para acabar con los valores Judeo-Cristianos.
Si hoy la iglesia no da un paso en firme y asume su rol, los tiempos de decadencia para ella están a la puerta de la esqui