El inicio de un nuevo curso escolar es un momento propicio para reflexionar sobre la educación. Antonio Pérez Esclarín destaca dos claves fundamentales para los educadores. La primera es tener clara la finalidad de la acción educativa: formar personas honestas y responsables. Estas personas deben ser capaces de transformar el mundo en un lugar más justo y humano.
La segunda clave es convertir los problemas en retos educativos. Esto fomenta el ingenio, la creatividad, la crítica y la solidaridad. Es esencial que este proceso de transformación comience en los propios educadores. La formación continua y el cultivo espiritual son vitales para mejorar su labor.
Los educadores deben ser apasionados. La pasión es un motor que impulsa el cambio. La persona entusiasta cree en sí misma y en los demás. Esta creencia es crucial para transformar tanto a sí mismos como al mundo que les rodea.
Es necesario contar con educadores que amen su profesión y a sus alumnos, especialmente a aquellos que más lo necesitan. La educación no puede ser un acto rutinario; debe estar llena de entusiasmo y dedicación.
"Con Tu presencia Señor, saldremos fortalecidos", concluye Esclarín, enfatizando la importancia de la fe y la esperanza en el proceso educativo. Para más información y entrevistas, se invita a unirse a los canales de Telegram y WhatsApp, así como a descargar la aplicación.