La okupación de viviendas se ha convertido en un fenómeno que genera numerosos titulares y una gran preocupación social. En este contexto, la historia de Marion, una mujer de 39 años en Nîmes, Francia , ha adquirido una especial relevancia por su insólito desenlace. Creyendo haber encontrado una casa vacía, forzó una persiana para instalarse junto a su hija, pero el propietario resultó ser un magistrado que, como es lógico, conocía a la perfección el procedimiento a seguir. La sorpresa fue mayúscula para ambos, aunque la okupa se defendió de las acusaciones afirmando: "¡No soy una delincuente!".

Un error de cálculo

Lejos de amilanarse, el juez presentó una denuncia de inmediato , activando un proceso judicial que ha concluido en el tribunal de Montpellier. La sentencia ha c

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