Cada vez que paso por la caja del supermercado me quedo como esa liebre en la carretera a la que le están dando las luces largas, mientras miro la pantalla de la cajera con la certeza de estar viviendo en otra dimensión, pues, desde 2019, los precios en general, y los de los alimentos en particular, han subido tanto que resulta legítimo preguntarse si nuestras nóminas lo han hecho al mismo ritmo.

Todo ha subido de precio desde entonces, pero no todo ha subido de la misma forma. Por ejemplo , el precio de la vivienda ha crecido lo impensable para no estar en burbuja; el precio de algunos alimentos se ha duplicado, en especial carnes, frutas y hortalizas ; y las patatas han multiplicado su precio por tres.

Lo mismo ocurre si hablamos de irnos un fin de semana a un hotel en España o de

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