La capacidad de transformación de una sociedad se mide, en gran medida, por la cualificación de sus ciudadanos y por las oportunidades que sus instituciones son capaces de garantizarles. La educación es la base sobre la que se construye el progreso colectivo, porque de ella depende no solo el futuro individual de cada joven, sino también la fortaleza del tejido social y económico de toda la comunidad.

En Canarias, este mes de septiembre más de 236.000 alumnos y alumnas han regresado a las aulas para continuar su formación en las diferentes etapas educativas. Sin embargo, debemos ser realistas: no todos lo hacen en igualdad de condiciones. La condición archipielágica, y muy especialmente la doble insularidad, sigue generando diferencias que afectan al acceso a las mismas oportunidades form

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