La tentación de hacer comparaciones con otros momentos históricos está ahí. Se les puede poner nombre, pero escuece decir alto y claro que algunos que están cometiendo las atrocidades que otros inflingieron a sus abuelos. No es excusa. Otros siguen cargando con el peso de la culpa dos generaciones después y se mantienen neutrales. O apoyan a los verdugos de hoy, que han decidido aprovechar la ocasión para crear un nuevo resort hacia el Mediterráneo con el amigo Donald Trump. Tiene 79 años y dan ganas de poner en duda sus facultades físicas y psicológicas. No, qué demonios: la maldad pura no puede excusarse con un diagnóstico que venga descrito en la guía DSM. No es un trastorno mental:es codicia pura, es perversidad histórica.

Estamos inmersos en nuestra vorágine diaria y admitimos el ven

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