El legendario cantautor Joaquín Sabina lleva décadas siendo una de las figuras más queridas de la música española. Pero lejos de los escenarios, el jiennense también ha encontrado un refugio en pleno centro histórico de Madrid , un amplio dúplex de 300 metros cuadrados, distribuido en dos plantas, que refleja su personalidad irreverente, barroca y profundamente cultural. Lo curioso es que, para convertir este espacio en el hogar soñado, Sabina contó con la recomendación de su gran amigo y compañero de giras, Joan Manuel Serrat, quien le sugirió al arquitecto que terminó transformando la vivienda en un santuario creativo y vital.
Un hogar barroco, con música, libros y recuerdos
La casa, situada en un edificio histórico, se aparta de las tendencias minimalistas. Aquí cada rincón ha