Hay decenas de episodios cotidianos en la Ciudad que “hacen ruido”. Algunos nos afectan de lleno, otros apenas llaman la atención y muchos pasan desapercibidos si no miramos con atención el entorno. Ocurren al circular como automovilistas o peatones, en los barrios o en el centro -que tienen diferentes “patologías”-, y van desde cordones pintados y vallas improvisadas hasta mesas de bares que bloquean la vereda, árboles mutilados o autos sobre la acera. La pregunta es inevitable: ¿qué está permitido, qué no, y cómo se debe proceder?

La falta de información clara multiplica la confusión y, muchas veces, la bronca. Lo que empieza como una irregularidad menor termina en discusiones a los gritos, agresiones y escenas de descontrol. “Un vecino pintó de amarillo casi todo el cordón frente a su

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