El oro alcanzó en septiembre un nuevo máximo histórico de 3.703 dólares por onza, impulsado por la incertidumbre geopolítica, la demanda sostenida de los bancos centrales y las expectativas de nuevos recortes de tasas de la Reserva Federal. Paralelamente, el Bitcoin rozó su propio récord tras superar los 123.500 dólares en agosto, respaldado por una creciente adopción institucional y una volatilidad en mínimos históricos
En un informe publicado este 22 de septiembre, el Deutsche Bank Research Institute plantea una pregunta clave: ¿pueden el oro y el Bitcoin convivir como activos de reserva de los bancos centrales hacia 2030?
El metal precioso mantiene su rol como refugio y diversificador de reservas. Hoy los bancos centrales acumulan más de 36.000 toneladas, con Estados Unidos, Alemania