Barcelona

“Estoy preparando mi propia demanda para denunciar a la DGAIA, por todo lo que me hicieron”. Nada, de 21 años, no tiene nada que ver con aquella niña de nueve a la que secuestraron durante 7 meses en Bolivia y a quien intentaron ocultarle todo lo que había pasado. Es consciente de lo que vivió, durante y después del secuestro, y quiere justicia. Ahora Nada estudia Derecho, hace prácticas en un bufete de abogados y su objetivo es denunciar a la institución que la devolvió a casa de sus padres ignorando las recomendaciones que habían hecho los educadores. Se encontró en un piso ocupado, con unos padres condenados por abandono, sin luz y teniendo que ir a buscar agua para beber y ducharse al cementerio de L’Hospitalet.

Todo esto después de haber sido rescatada de un secuestro que

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