Trump se disculpó con Erika Kirk, viuda del activista asesinado, pero recalcó que su forma de pensar es parte de su ADN y que difícilmente podría cambiar.

El presidente Donald Trump protagonizó uno de los momentos más tensos del multitudinario funeral de Charlie Kirk en Arizona, al contradecir abiertamente el legado del joven líder conservador que fue asesinado el 10 de septiembre en Utah.

Ante más de 73,000 asistentes reunidos en el State Farm Stadium, Trump subrayó en su discurso la vocación conciliadora de Kirk, a quien definió como "un misionero con un espíritu noble y un gran propósito" que no guardaba rencor hacia sus adversarios.

Sin embargo, el mandatario se apartó del guion para marcar distancia.

"Ahí es donde discrepé con Charlie. Yo odio a mi oponente", declaró s

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