“Tengo mucho miedo, pero tengo que acompañarlo de valentía, no nos queda de otra.” Estas fueron las palabras que Carlos Manzo, el alcalde de Uruapan, Michoacán, expresó en un discurso en el que hacía un llamado a Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad, para que actúe y termine con la violencia del crimen organizado en su municipio.
En México, no es común escuchar a un político admitir que está rebasado, y mucho menos que confiese públicamente que vive con miedo. Pero esa es la realidad de un municipio atrapado en la violencia y el abandono del régimen.
Uruapan no es cualquier ciudad. De acuerdo con la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), el 89.5% de sus habitantes la perciben como insegura, lo que la convierte en el tercer municipio del país con mayor