La apertura a la competencia de los trenes de alta velocidad ha generado desde 2019 más de 500 millones de beneficios "sociales", en términos de lo que se han ahorrado los pasajeros por billetes más baratos o lo que ha ingresado Adif, el gestor de las infraestructuras ferroviarias, pero han provocado también un agujero en las cuentas de las empresas que operan estos servicios de tren que, aunque se va reduciendo, en 2014 ascendió en total a 99,5 millones. A pesar del balance positivo que en general deja a ojos de la CNMC la competencia en la Alta Velocidad, Renfe, Ouigo e Iryo no los perciben todavía en sus cuentas.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNCM) refleja esta paradoja en su segundo balance sobre la liberalización del transporte de viajeros por ferrocarril pub