El presidente Donald Trump firmó esta semana una orden ejecutiva con la que declaró al movimiento político de izquierda Antifa como una “organización terrorista doméstica”, amenazando con acciones investigativas y judiciales contra quienes la financien.

Sin embargo, expertos legales advierten que esta designación carece de sustento jurídico, ya que en Estados Unidos no existe una figura legal que permita clasificar a un grupo nacional como terrorista, a diferencia de lo que ocurre con organizaciones extranjeras.

La orden de Trump se da en un contexto de creciente confrontación política tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. Desde entonces, el presidente y su administración han intensificado su campaña contra críticos, opositores y medios de comunicación que no estén al

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