Los 1.100 trabajadores de la multinacional alemana, que fabrica sistemas de control del tráfico ferroviario en Madrid, Barcelona y Valencia, estallan en contra de las nuevas propuestas de la dirección
La disminución de los días de teletrabajo de forma unilateral por parte de la empresa ha sido la gota que colmó el vaso. La plantilla de Siemens Rail Automation, filial de la multinacional alemana dedicada a la fabricación de sistemas para señalización y control del tráfico ferroviario, formada por unos 1.100 trabajadores repartidos por varios centros de España, calienta motores para defenderse de lo que consideran una pauperización de sus condiciones laborales. Los sindicatos temen que con el nuevo convenio, el primero de ámbito estatal, acaben perdiendo numerosos derechos adquiridos en más de dos décadas. La compañía ha parado las negociaciones y los representantes de los trabajadores han convocado una huelga desde el 30 de septiembre al 3 de octubre.
Pilar Prieto, la presidenta del comité de empresa de la compañía en la Comunidad de Madrid, todavía se emociona al recordar cómo más de 400 ingenieros votaron a mano alzada la convocatoria del paro en una de las últimas asambleas de trabajadores en la sede que la empresa tiene en Tres Cantos. El millar de trabajadores de Siemens son mayoritariamente de alta cualificación con estudios universitarios de ingeniería o similar. Más de 900 de ellos se concentran en Tres Cantos, y el resto se reparte básicamente entro los centros de Cornella de Llobregat (Barcelona) y Valencia.
“Hasta ahora teníamos un convenio regional en Madrid y, según les interesaba, lo aplicaban en los centros de trabajo de otras provincias”, introduce esta sindicalista de CCOO. En Madrid la plantilla lleva 24 convenios a sus espaldas, por lo que este tipo de negociaciones, la última iniciada ya hace un año y medio, desde que el convenio funciona en ultraactividad, no son nuevas para ellos. Sin embargo, esta vez las conversaciones han tomado un cariz diferente: “Con la excusa de la modernización, quieren hacer una reestructuración total del convenio en la que desregulan todo, lo vacían de contenido y dejan indefenso al trabajador”, dice Prieto.
Uno de los mayores puntos de inflexión, continúa la presidenta del comité de empresa madrileño, llegó tras la entrada de Ricardo Ramos como nuevo CEO de la compañía hace unos seis meses. “Parece que a él le gusta más la presencialidad, así que decidió modificarla”, se queja la sindicalista. De tener que ir dos días por semana a las oficinas, la plantilla ahora tendría que acudir tres, y una de las jornadas tendría que ser lunes o viernes.
Podría parecer un aspecto baladí, pero no lo es así para los más de un millar de trabajadores que la multinacional alemana tiene repartidos por diferentes partes de España: “Los trabajadores nos sentimos totalmente estafados porque muchos hemos organizado nuestras vidas en base a esas condiciones laborales”, continúa Prieto. Según añade, hay personas que han cambiado su residencia a otras ciudades por esta flexibilidad a la hora de teletrabajar, otras han entrado en la empresa precisamente atraídas por ello, y otras tantas han dejado incluso trabajos anteriores antes de sumarse a esta firma de Siemens cautivados por sus condiciones laborales.
Sebastián Puertas, secretario general de la sección sindical de CCOO en Siemens Rail Automation en Madrid se queja de que la empresa considera que “mayor presencialidad significa un mayor rendimiento de los empleados”. Además, denuncia que la compañía defiende que de esta manera aumentaría la productividad, aunque no han aportado datos al respecto a la plantilla.
Siemens Rail Automation no ha respondido a los reiterados requerimientos y a las preguntas planteadas por elDiario.es.
Sin datos que respalden la postura de la empresa
El cambio de parecer en torno al teletrabajo sucedió hace unos meses. A mediados de marzo, la dirección se ratificó, por correo electrónico a los representantes de los trabajadores, en que “el trabajo híbrido sigue siendo el modelo preferente en la organización para aquellos empleados cuya función lo permite”.
A finales de junio, la dirección comunicó verbalmente en un evento interno que cambiarían las condiciones del teletrabajo. Al día siguiente, el comité madrileño preguntó por ello vía escrita. Un día más tarde, la dirección confirmó que “el Comité de Dirección en su conjunto ha decidido ajustar” este modelo híbrido de trabajo. “Este esquema permite un mejor nivel de conciliación personal que el antiguo modelo de ‘mobile working’ o el de presencialidad total”, añadían. Además, recalcaron que “se ha comunicado con tres meses de anticipación para permitir una adecuada replanificación de la conciliación personal”.
Asimismo, aducieron que “este ajuste forma parte de un conjunto de medidas de negocio para incrementar la productividad colectiva, aumentar la cohesión de los equipos y aumentar la velocidad de desarrollo de los proyectos (...)”, según dicho correo electrónico. Por último, remarcaron que “de ninguna forma está relacionado con la falta de confianza en vosotros, los empleados, o en vuestra productividad individual”.
Siemens Rail Automation facturó 351 millones de euros en el ejercicio de 2024, cerrado en septiembre, casi un 7% más que un año antes. Se trata de la mayor cifra de ingresos de las dos últimas décadas, según las cuentas remitidas al Registro Mercantil, accesibles a través de Insight View. Sin embargo, el beneficio ha ido fluctuando: en 2022 perdió 7 millones de euros, en 2023 ganó 11 y el año pasado, solo 191.782 euros.
Adiós a la antigüedad
Otro de los aspectos que más ha enfadado a los empleados es que la empresa también ha planteado la eliminación del concepto de antigüedad. Hasta ahora, la compañía respetaba los quinquenios. “Quieren congelarlos y que eso pase a ser un complemento, y que nunca más un trabajador pueda generar antigüedad”, destaca Prieto. Desde del punto de vista de Puertas, se trata de “un claro caso de codicia empresarial llevada al extremo para precarizar puestos de trabajo que son de alto valor añadido”.
Según sus últimas cuentas anuales, los gastos de personal de Siemens se han incrementado un 12,3%, hasta superar los 93,5 millones de euros.
Prieto, por su parte, afirma que “en esta empresa se hacen guardias ilegales”. Así lo desarrolla: “Hay trabajadores a los que les hacen estar disponibles sin pagarles fuera de sus jornadas e incluso trabajadores haciendo mantenimiento de instalaciones ferroviarias 24/7 a los que no les aplican condiciones adecuadas, ni de pago, ni de organización, según los pliegos de condiciones de los clientes que pagan millones por esos servicios”.
Alberto García, presidente del comité de empresa de la compañía en Valencia, donde Siemens tiene 60 empleados, incide en que “están utilizando la idea de consensuar un convenio estatal, algo en lo que estamos de acuerdo, para hacer borrón y cuenta nueva y cargarse muchos de los derechos conquistados”. Asimismo, critica que la empresa esté aplicando “una política de hechos consumados”. Se refiere, por ejemplo, a lo que ya ha sucedido con el teletrabajo.
Este sindicalista denuncia que la empresa sigue haciendo contratos con un periodo de prueba de 12 meses, cuando desde las últimas reformas laborales prevalece que ese periodo se reduzca hasta los seis meses.
Decepción, frustración e incomprensión son los estados de ánimo que cunden, según atestiguan los sindicatos, entre los 1.100 trabajadores de la multinacional alemana. “Vemos una oleada de regresión en condiciones laborales, particularmente en el sector tecnológico. Tenemos que entender que los ingenieros y los demás técnicos no podemos vivir de las rentas de convenios antiguos negociados por otros compañeros, ni tampoco de derechos individuales pactados con la empresa. Tenemos que espabilar y defender lo nuestro”, finaliza el presidente del comité de empresa valenciano.
Siemens Rail Automation tiene como clientes empresas españolas y privadas, tanto público como privadas, como Adif, Renfe, Metro de Madrid, Metro de Barcelona, FGC y FGV. Además, tiene clientes internacionales en más de 25 países. Forma parte del consorcio del tren Medina - La Meca, y tiene proyectos de automatización total, trenes sin conductor, en diversas líneas ferroviarias, como sucede en Singapur.