Una sesión de control sin Pedro Sánchez es como aquellas fiestas light de cuando éramos chavalines en la Joy Eslava, como una corrida de toros a la portuguesa, como pasar de Estados Unidos a Canadá. Se parece, pero no es lo mismo. Sin Pedro ni Alberto, uno pone toda su fe en los requiebros y el meñique tieso de María Jesús Montero para garabatear el folio en blanco con un poco de «xeito». Para los portugueses el «xeito» es la habilidad de hacer algo con destreza, normalmente de forma improvisada. En provincias fronterizas, como Badajoz o Huelva, no son pocas las madres que recriminan a sus hijos «¡qué poco jeito tienes!» cuando realizan con poca prestancia alguna tarea que les hayan encomendado. El caso es que, de un tiempo a esta parte, el «xeito» sanchista anda un poco renqueante. La men
Cuando los españoles voten

57