El gobierno chino hizo un anuncio ambicioso hoy: planea reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero entre un 7 y 10 % a partir del punto máximo alcanzado. En un discurso transmitido en un evento climático organizado por la ONU, el presidente Xi Jinping también reafirmó el compromiso del país de expandir su capacidad instalada de energía eólica y solar en seis veces respecto a los niveles de 2020, apuntando a que más del 30 % del consumo interno de energía provenga de fuentes no fósiles.

Esta declaración cobra particular relevancia mientras el país se recupera del paso del supertifón Ragasa , que esta semana golpeó el sur de China. El fenómeno provocó evacuaciones masivas —casi dos millones de personas fueron retiradas de las zonas en riesgo—, dejó al menos 17 muertos en Taiwán

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