París.- El expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ha sido condenado a cinco años de prisión por un tribunal de París. La sentencia se dictó este jueves, tras hallarlo culpable de asociación delictiva en un caso relacionado con el financiamiento de su campaña electoral de 2007 por parte del régimen libio de Muamar Gadafi.

El tribunal ha ordenado que Sarkozy se presente ante la Fiscalía en los próximos días para hacer efectiva la condena. Aunque puede apelar, su ingreso en prisión es inevitable. La Fiscalía le convocará en un plazo de un mes para determinar la fecha de su encarcelamiento. A pesar de su edad, ya que tiene 70 años, la posibilidad de solicitar libertad condicional no se resolverá de inmediato.

Esta es la tercera condena a prisión para Sarkozy, pero la primera que podría llevarlo a cumplir una pena efectiva, ya que las anteriores permitían el arresto domiciliario. En el pasado, Sarkozy utilizó un brazalete electrónico tras una condena anterior, que fue confirmada por el Supremo en diciembre de 2024.

La sentencia de cinco años es un duro golpe a la reputación de Sarkozy, quien sigue siendo una figura influyente en la política francesa. Aunque no fue condenado directamente por recibir fondos libios, el tribunal determinó que formó parte de una trama con sus colaboradores más cercanos, Claude Guéant y Brice Hortefeux, para obtener financiamiento de Libia a cambio de favores diplomáticos.

El tribunal también condenó a Guéant a seis años de prisión, la pena más alta, aunque no ingresará en prisión debido a su avanzada edad. Hortefeux fue sentenciado a dos años. Solo tres de los trece acusados fueron absueltos, entre ellos el exministro Éric Woert, quien era tesorero de la campaña.

Las acusaciones sobre el financiamiento libio se remontan a 2011, cuando se alegó que el régimen de Gadafi había enviado millones de euros para apoyar la campaña de Sarkozy. Durante el juicio, Sarkozy se defendió, afirmando que era víctima de una "injusticia escandalosa" y que apelaría la decisión.

El tribunal, sin embargo, consideró que existían pruebas suficientes de la trama de corrupción, aunque no se pudo establecer que el dinero libio llegara a financiar directamente la campaña de Sarkozy. La sentencia ha reavivado el debate sobre la corrupción en la política francesa y el legado de Sarkozy, quien fue uno de los primeros líderes en abogar por la intervención militar en Libia en 2011.