Javier Milei inició su último viaje a Estados Unidos con la valija liviana. En ella dejó espacio para lo que esperaba traerse de vuelta: el apoyo de Donald Trump y un desembolso en dólares que le permitiera frenar la ansiedad de los mercados de cara a las elecciones legislativas de octubre. Consiguió ambos, y en menos de 48 horas logró que cayera la cotización del dólar, que se había disparado, la baja del riesgo país y la recomposición de bonos y acciones argentinas que habían sufrido importantes caídas.
Pero Milei no fue el único que se llevó algo de ese encuentro. Estados Unidos alerta desde hace unos años sobre la creciente influencia económica y estratégica de China en la región y el gobierno de Javier Milei puede funcionar como uno de los principales aliados para frenar el avance de