Lo que debía ser una experiencia de ocio y convivencia se ha convertido en un infierno para muchos de los adolescentes que han participado en las colonias organizadas por la asociación Sarrea Euskal Udaleku Elkartea, entre el 8 y el 23 de agosto. Las familias de los menores han denunciado que en el campamento privado al que han enviado a sus hijos, de entre 13 y 15 años, obligaban a compartir duchas y habitaciones mixtas y que los monitores se bañaban desnudos con ellos.
Las primeras señales llegaron en cartas que las jóvenes consiguieron enviar desde el propio campamento en las que describían sus experiencias en esos días. Contaban que los espejos estaban inutilizados y que en uno de ellos había una mujer con las piernas abiertas acompañado del mensaje “On egin” (“Que aproveche”).
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