Hace apenas una década, llevar el teléfono al baño parecía extraño. Hoy, para muchos, es casi automático: abrir las redes sociales, leer las noticias o contestar mensajes mientras se está sentado en el inodoro. El móvil se ha convertido en compañero inseparable incluso en los momentos más íntimos. Lo que parecía una simple costumbre inofensiva ha comenzado a despertar la curiosidad de los científicos.

Los investigadores del Beth Israel Deaconess Medical Center, en Estados Unidos, se propusieron analizar si este hábito podía tener relación con un problema de salud muy frecuente: las hemorroides. Para ello, realizaron un estudio con adultos que acudían a colonoscopías de rutina y les preguntaron por sus costumbres en el baño, en especial el uso del smartphone.

El objetivo no era solo compr

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