Ah, la política: ese arte de prometer con una mano y borrar con la otra. Esta semana, el PP ha protagonizado una coreografía digna de vodevil: mientras en Andalucía se daban golpes de pecho por la memoria de García Caparrós, en Madrid votaban justo lo contrario. Resultado: Juanma Moreno, ese andalucista moderado de diseño, queda retratado como un jarrón chino, bonito, pero que pinta menos que un concejal de Cuenca en Nueva York.
Recordemos: en 2022, el PP andaluz votó a favor de desclasificar el expediente del asesinato de Caparrós, ese joven malagueño tiroteado por un policía en la manifestación del 4 de diciembre por la autonomía andaluza. Moreno Bonilla recibió a su familia en San Telmo, les prometió memoria, respeto, claridad. Pero dos años después, su propio partido en el Congreso vo