Muy a su pesar, el pastor de los senadores de Morena, Adán Augusto López, tuvo que aceptar la realización de un “conversatorio’’ antes de aplicar la aplanadora legislativa para aprobar las reformas a la Ley de Amparo propuestas por la presidenta Claudia Sheinbaum.

El tabasqueño se había negado a realizar consultas en un parlamento abierto, como había pedido Javier Corral, presidente de la Comisión de Justicia y quería que la iniciativa presidencial fuera discutida (es un decir) y aprobada la próxima semana.

Las prisas del cuestionado senador, sin embargo, tuvieron un freno (igual ya sabemos que los conversatorios, parlamentos, foros o como quiera llamarle sirven para maldita la cosa) por lo menos para lavarla la cara a Morena por el adefesio jurídico que están por aprobar.

Y es que, lue

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