La sociedad en la que vivimos es el resultado de siglos de encuentros, intercambios y desplazamientos humanos que han ido moldeando nuestras culturas, economías y modos de vida. Las migraciones, por tanto, no son una novedad ni una excepción histórica. Desde hace siglos, las personas se han desplazado geográficamente, ya fuera por motivos económicos, políticos, bélicos, climáticos o simplemente buscando nuevas experiencias.
Por ello, hablar de migración no es hablar de «los otros», sino de nosotros mismos. De nuestras raíces compartidas y de ese presente que construimos con quienes llegan a nuestras ciudades, barrios y aulas. Cada persona migrante llega con una mochila cargada de experiencias, ideas, valores, creencias y, a menudo, una lengua distinta. Esta diversidad es una oportunidad d