En la residencia Landazábal de Burlada , Lourdes Mañes Revuelta , natural de Vizcaya, vivía estos días con serenidad la cuenta atrás hacia un sueño que la ha acompañado durante casi un siglo. El pasado 24 de septiembre cumplió 99 años y lejos de resignarse al paso del tiempo , la ilusión de volar seguía latiendo en ella como cuando era niña en Guadalajara, donde pasó parte de su infancia y adolescencia. Su casa daba junto a un campo de aviación y allí pasaba horas observando el ir y venir de aviones y globos aerostáticos. “Me gustaba verlos. Era pequeña, pero me encantaba verlos volar” , recordó con la alegría de quien vuelve a sentirse niña.

Desde entonces, aquella fascinación quedó grabada en su memoria. A menudo soñaba con subirse a uno de aquellos aparatos que despegaban delan

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