La economía argentina experimentó un notable repunte en agosto, con un crecimiento del 0,7% en comparación con julio y un impresionante aumento del 5,5% en relación al mismo mes del año anterior. Este crecimiento se refleja en el informe de la consultora OJF, liderada por Orlando Ferreres, que destaca un acumulado del 5,8% en los primeros ocho meses de 2025 respecto al mismo período de 2024.

El informe señala que la mejora en la actividad económica fue impulsada principalmente por la intermediación financiera, el comercio mayorista, la industria manufacturera y el sector de minas y canteras. Sin embargo, a pesar de este rebote, el panorama general sigue siendo frágil. Las tensiones cambiarias y la inestabilidad política continúan condicionando las expectativas a corto plazo.

"El escenario hacia adelante es desafiante", advierte el informe. Aunque los recientes gestos de apoyo del gobierno de Estados Unidos han ayudado a calmar los mercados, la evolución de la economía parece estar ligada al resultado electoral que se obtenga en octubre. Esto añade una capa de incertidumbre sobre la sostenibilidad del programa económico actual.

En el desglose sectorial, la agricultura y la ganadería sufrieron una contracción del 2,2% en agosto, acumulando una baja del 2,3% en lo que va del año. Por otro lado, la industria manufacturera mostró un crecimiento del 1,7% interanual y un rebote del 1,1% en términos desestacionalizados, gracias a la producción aceitera y automotriz.

El sector de minas y canteras se destacó con un crecimiento del 4,9% en agosto y un acumulado del 8% en los primeros ocho meses del año, consolidándose como uno de los motores de la economía en 2025. En contraste, los sectores de electricidad, gas y agua registraron una caída del 4,7% interanual, afectada por la disminución de la demanda residencial.

Estos datos contrastan con los informes del Indec, que en julio reportó aumentos en 11 de los 15 sectores analizados, destacando un crecimiento del 23,2% en intermediación financiera y del 13,4% en la explotación de minas y canteras. En conjunto, el rebote de agosto confirma que la economía argentina mantiene núcleos dinámicos, aunque expuestos a la volatilidad política y cambiaria que marcará el rumbo en los próximos meses.