Veamos dos opiniones de esta semana sobre lo que está haciendo Israel en Gaza: “Son actos aberrantes que están en las antípodas de todo lo que este foro representa. Repugnan a la conciencia humana y avergüenzan al conjunto de la comunidad internacional”. La segunda: “Israel ha superado ese límite con una guerra a gran escala que ha afectado a la población civil palestina de forma desproporcionada. Y, al cruzar ese límite, Israel ha acabado violando las normas humanitarias y ha causado una matanza de civiles”.

La primera es de Felipe VI en su discurso ante la Asamblea General de la ONU. La otra es de la primera ministra italiana, la ultraderechista Giorgia Meloni, también en Naciones Unidas. Todo lo que denuncian podrían haberlo dicho hace un año, pero lo cierto es que lo están diciendo ahora. Las élites políticas europeas parecen haberse decidido a hacer algo, aunque hablar no deja de ser un gesto simbólico si no hay consecuencias posteriores, para enviar un mensaje que sus opiniones públicas hace tiempo que tienen claro. En España, sólo Isabel Díaz Ayuso y Vox prefieren alistarse en el bando de los asesinos de niños.