Como si quisiera despedir a la cumbre del Comité Militar de la OTAN en Riga y la asamblea celebrada por la ONU, Rusia ha lanzado otro bombardeo masivo de fin de semana sobre objetivos civiles ucranianos. El desastre al que han tenido que hacer frente bomberos y servicios de emergencias de Ucrania es de grandes proporciones, pues una parte importante de las bombas voladoras ha alcanzado viviendas, comercios y fábricas.
Al menos cuatro personas han muerto y diez han resultado heridas como resultado del ataque nocturno ruso contra Kiev, que empezó con luz del día y se ha extendido durante 12 horas. El recuento ha sido confirmado por el jefe de la defensa militar de la capital, Timur Tkachenko. Entre los muertos hay una niña de 12 años.
Son más de 15 puntos de la capital ucraniana los