En un contexto de fragilidad macroeconómica, el Gobierno despliega medidas para sostener la estabilidad: recortes adicionales en subsidios a energía y transporte, reducción de transferencias discrecionales a provincias y una reforma previsional en estudio que cambie la fórmula de actualización y evalúe alzas graduales de edad jubilatoria.

La caída de la recaudación por menor actividad amenaza el superávit primario, por lo que se analizan fuentes de financiamiento y acuerdos con multilaterales.

En el frente externo, con reservas acotadas, el Banco Central contiene la brecha cambiaria mientras Economía explora un nuevo programa con el FMI atado a reformas. Se busca atraer inversiones en energía y economía real, con compromisos sujetos a estabilidad jurídica.

La conflictividad gremi

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