Diferentes desafíos se imponen en la actualidad a la Europa que se debate entre el fortalecimiento de su proyecto de integración y fuerzas centrífugas que amenazan la cohesión continental. En efecto, tras décadas de relativa estabilidad, el continente se enfrenta a un conjunto de desafíos económicos, políticos y estratégicos que ponen a prueba la solidez de su modelo de desarrollo y la cohesión de sus instituciones.
Tal y como lo documenta Eduardo Andrade, un rasgo genérico que se hace evidente es el agotamiento del modelo económico. Las economías de Alemania, Francia y el Reino Unido -tres de los pilares europeos- muestran signos de debilidad estructural. El crecimiento económico relativamente bajo y estancado, la inflación persistente y la presión fiscal comprometen o restringen la c