El doctor Fernando Hakim solo tiene una condición para acceder a esta entrevista: no hablar ni referirse a Miguel Uribe Turbay. Los argumentos detrás de ese silencio ejemplifican con creces el porqué no solo es un excepcional profesional dedicado a la neurocirugía, sino un ser humano benévolo y afable. “Por ética, por su historia clínica y por respeto con su familia”, sentencia.

Hakim –uno de los artífices de que el exsenador permaneciera con vida 66 días contra todo pronóstico–, le ha hecho el quite a los reflectores. Fiel a un estilo de vida prudente y cauteloso, el médico cirujano ha preferido marginarse del foco mediático y mantener su juramento de salvar vidas como jefe del Departamento de Neurocirugía de la Fundación Santa Fe, en Bogotá.

En esta entrevista, la primera que le conced

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