La tonificación norteamericana modifica abruptamente la fragilidad del panorama. Irrumpe, justamente, cuando se vislumbra la autodisolución del Fenómeno Milei. Consecuencia de las improvisaciones económicas insostenibles, agravadas con la simultánea combinación de los profundos errores técnicos de campaña con los horrores morales. La magnitud confusamente explicable de la cripto superchería. O las derivaciones claramente espeluznantes de la locuacidad fundamentada de Diego Spagnuolo, El Mito Mano. Funcionario menor que motivó el repentino desprestigio despreciablemente popular de la señora Karina, La Repostera Prodigiosa. Con sus atributos coreados en las tribunas del fútbol y en los vagones del subterráneo. La sumatoria de errores y de horrores convirtieron al Panelista en el “emblema de

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