Este miércoles los líderes de los países europeos se reunirán en una fortificada Copenhague, tras los ataques de drones a sus aeropuertos, con dos objetivos fundamentales: la defensa, en medio de las continuas provocaciones rusas con invasiones del espacio aéreo europeo, y el apoyo a Ucrania
Claves para entender el alcance e importancia de las violaciones del espacio aéreo de Europa a manos de Rusia
“Los ministros de defensa no han tenido un papel central porque la defensa no ha sido una política específica de la Unión Europea, sigue siendo una política intergubernamental, solo se ha desarrollado a través de los estados miembros”, admite un experimentado funcionario con una larga carrera en Bruselas. La vieja Europa sigue manteniendo sus largos y tediosos procesos mientras el resto del mundo cambia a toda velocidad. Este miércoles los líderes de los países europeos se reunirán en una fortificada Copenhague, tras los ataques de drones a sus aeropuertos, con dos objetivos fundamentales: la defensa, en medio de las continuas provocaciones rusas con invasiones del espacio aéreo europeo, y el apoyo a Ucrania en su guerra contra Rusia. Se trata de un Consejo de Europa informal, es decir, una reunión de aproximación de posturas para tomar decisiones de más calado en el Consejo que se celebrará a finales de octubre en Bruselas.
Al menos se esperan declaraciones contundentes frente a las “constantes provocaciones” de Vladímir Putin. Septiembre ha sido un mes en el que se han disparado las tensiones entre la Unión Europea y Rusia. En menos de dos semanas se han dado varios incidentes provocados por drones y aviones rusos que han violado el espacio aéreo de países europeos fronterizos con la consecuente respuesta de fuerzas armadas de la OTAN. Por eso se dará el necesario lenguaje diplomático a falta de medidas consensuadas.
Para abrir la semana se reunió este lunes en Varsovia el Triángulo de Weimar, la alianza regional entre Alemania, Francia y Polonia, para lanzar su aviso a Rusia. Radosław Tomasz Sikorski, ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, declaró tras terminar la reunión con sus homólogos de Francia y Alemania que “las recientes provocaciones rusas contra Polonia y Estonia son inquietantes”. “Demuestran que Rusia sigue buscando la confrontación y no le interesa la paz. Me complace observar la respuesta inequívoca de nuestros socios de Weimar. Gracias por reforzar la defensa aérea del flanco oriental con más cazas franceses y alemanes. Esta es una señal visible de solidaridad y unidad entre nuestros aliados de la OTAN y los socios de la Unión Europea. La posición de Alemania y Francia reflejan firmemente su determinación de defender todo el territorio de la OTAN”.
Esta dureza en las declaraciones va desde los avisos del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, con su “no dudaremos, haremos lo que sea necesario para defendernos” a las amenazas del Gobierno polaco con que están dispuestos a derribar aviones rusos si entran en su espacio aéreo. ¿Están todos los países de la OTAN con esta disposición? Fuentes de Moncloa recuerdan que “España participa en la OTAN, que tiene unas 'rules of engagement' (directivas militares que establecen los límites y condiciones bajo los cuales las fuerzas de la Alianza pueden usar la fuerza en un escenario determinado). En ese marco nos movemos, con lo cual estamos y formamos parte de lo que decide la OTAN como aliado y como Estado miembro”.
Siguiendo con Defensa esta es una de las grandes cuestiones que se van a debatir en la capital de Dinamarca. ¿Cómo lo hacen? Un funcionario del Consejo señala que “ya existen los instrumentos financieros. Hay una amenaza específica más urgente en el flanco oriental, pero no es la única. Un ataque de drones puede ocurrir en cualquier parte de Europa. Hay un problema de solidaridad europea que se tiene que solventar con la asignación de los fondos de defensa”.
De hecho, desde la Comisión Europea indican que Europa necesita alcanzar una postura de defensa suficientemente fuerte para 2030 para disuadir de manera creíble y responder a cualquier agresión. Europa debe equiparse urgentemente con una capacidad estratégica desarrollada y mantenida conjuntamente, actuando como un actor independiente, mientras contribuye a la seguridad global y transatlántica en estrecha asociación con la OTAN. Estados Unidos ha dejado de ser un aliado totalmente fiable tras los continuos vaivenes de Donald Trump. Ahora el concepto de moda en los pasillos bruselenses es autonomía estratégica, aunque no está claro del todo cómo se financia.
Fuentes de Moncloa aseguran que “la posición de España es de apoyo absoluto a la seguridad del flanco oeste y el presidente del Gobierno ha avisado de que también se participará en la operación del flanco oriental. El Gobierno de España es consciente de la amenaza y se va a reiterar la participación española tanto en la OTAN como en avanzar en la Unión Europea hacia una autonomía estratégica más sostenible”. España ha pedido 1.000 millones en préstamos de los 150.000 millones de euros que forman parte del instrumento SAFE (Security Action for Europe). Estos préstamos para planes de defensa han sido suscritos por 19 Estados miembros de los 27, pero ahora se espera que se pongan sobre la mesa más instrumentos conjuntos para acelerar las inversiones en tecnología militar, más allá de las presiones para incrementar hasta el 5% del PIB el gasto en defensa de cada país miembro.
La primera reunión que se celebró entre la Comisión Europea y y los ministros de Defensa de los siete Estados miembros en primera línea: Estonia, Letonia, Finlandia, Lituania, Polonia, Rumanía y Bulgaria, además de su homólogo en Ucrania y responsables de la OTAN, dejó como conclusión que no hay capacidad en los ejércitos europeos para dar respuesta a un ataque de drones ruso, ni siquiera un adecuado sistema de detección.
En este campo, tras años de conflicto bélico, Ucrania puede darle a los europeos tecnología y conocimientos ya utilizados en el terreno en su guerra contra Rusia. De hecho, Ucrania es el segundo tema que se va a tratar en este consejo informal. Un funcionario del Consejo explica que hay que decidir “cómo estructurar la financiación para Ucrania a partir del próximo año”. En este sentido está sobre la mesa la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, de ofrecer un préstamo sin intereses a Ucrania de 140.000 millones de euros provenientes de los activos rusos que están congelados en la UE debido a las sanciones. Fuentes del Consejo admiten que “es un asunto muy complejo, con numerosas implicaciones financieras y legales y no se espera que los líderes entren en detalles, pero sí que puede haber una orientación política sobre si están dispuestos a definir fórmulas para utilizar los activos inmovilizados para la financiación de Ucrania”.
Otro tema sobre la mesa es la ampliación de la UE con el proceso de adhesión de Ucrania. Este cambio puede ser más profundo porque el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, ha explorado en su visita a varios países un cambio de los marcos de negociación para que la apertura del proceso de adhesión fuera por mayoría cualificada y que se tenga que cerrar por unanimidad. No es una idea completamente nueva, ya que hace años fue propuesto sin éxito por Eslovenia y Alemania. Ahora se pretende sortear el veto de Hungría, que tiene una postura cercana a Rusia, y podría frenar el proceso de entrada de Ucrania o Moldavia en la UE.
Funcionarios del Consejo reconocen que Costa solo pondrá en marcha este cambio en las variables de voto para la ampliación “si ve que hay una posibilidad de que tenga éxito. Hay la impresión de que no es completamente imposible, con lo que continuará sus contactos”.
No hay en la agenda nada sobre el genocidio de Gaza por parte de Israel, pero al ser una reunión informal puede aparecer termas que no están en el orden del día. Desde Moncloa se recuerda que el presidente del Gobierno ha recordado que “hay un imperativo moral y un derecho internacional que respetar, el derecho humanitario. También ha señalado la vertiente de seguridad para todo el arco mediterráneo” como argumento para terminar de una manera justa el conflicto de Palestina e Israel.