El Gobierno se había comprometido a alcanzar un superávit primario del 1,6% del PBI en 2025, 0,2 puntos menos que el resultado logrado en 2024. Sin embargo, el negocio de retenciones cero que el Gobierno le regaló a los grandes agroexportadores exige cubrir el costo de recaudación perdida a causa de la medida. Hasta fin de año, el Gobierno deberá acumular un ajuste en el gasto discrecional que puede generar aún más recortes en salarios públicos, transferencias a universidades, provincias y recortes en subsidios energéticos y de transporte.
La moderación en la meta superavitaria -aunque mayor al 1,3% exigido inicialmente por el FMI- habilitaba en 2025 un recorte de ingresos y/o la suba de gastos respecto a 2024. En los primeros ocho meses del año, el Gobierno consiguió un superávit pri