“La aparición de un líder carismático, en lugar de la esperada erosión gradual del apoyo al régimen, podría forzar cambios políticos más rápidos de lo que se anticipa”, vaticinó la CIA.
Octavio Rivera López
DOMINGA.– A las 7:19 de la mañana del 19 de septiembre de 1985 , no sólo se estremecieron las placas tectónicas debajo de la Ciudad de México, también se experimentó una sacudida política. El no sólo derrumbó edificios, hospitales y vecindades: fracturó el andamiaje del régimen priista.
Bajo los escombros del Hospital Juárez, el , el Multifamiliar Juárez y , se coló una grieta que no volvería a cerrarse. Y en un despacho de Langley, Virginia –donde se encuentran las oficinas de la CIA en Estados Unidos–, alguien lo supo casi de inmediato.
El informe de la Agencia Centra