
Carlos Alcaraz sigue confirmando que atraviesa el mejor momento de su carrera. El murciano se proclamó este martes campeón del ATP 500 de Tokio tras imponerse con autoridad al estadounidense Taylor Fritz por un doble 6-4 en el Ariake Coliseum. Con este triunfo, el español suma su octavo título de la temporada y prolonga una racha que lo sitúa ya entre los dominadores absolutos del circuito.
El partido, disputado bajo techo por la amenaza de lluvia en la capital japonesa, fue un ejemplo del tenis agresivo y variado que ha convertido a Alcaraz en uno de los jugadores más imprevisibles y completos del mundo. Desde el inicio presionó al resto y desarboló el poderoso saque de Fritz, al que rompió en los momentos clave de cada set.
Magia para cerrar el título
El último punto reflejó a la perfección la personalidad del murciano: una dejada marca de la casa, ejecutada con la misma frescura que en la primera ronda, para sellar la victoria. El público japonés, entregado durante toda la semana, lo despidió con ovación cerrada mientras Alcaraz agradecía el apoyo escribiendo en la cámara: “Arigato Tokio” .
El español, que había llegado a la final tras superar a Báez, Bergs, Nakashima y Ruud, jugó además condicionado por el vendaje en el tobillo derecho tras una torcedura sufrida en su estreno. Lejos de frenarlo, el contratiempo dio aún más valor a un triunfo trabajado y de enorme mérito.
Octavo título y récords en el horizonte
Con este triunfo, Alcaraz suma ya ocho trofeos en 2025 , en lo que supone su temporada más prolífica desde que irrumpió en la élite. Además, es su novena final consecutiva , una regularidad que confirma su capacidad de adaptación en cualquier superficie y escenario.
Tokio se une así a una lista creciente de ciudades conquistadas por el español, que ya ha ganado en pistas rápidas, arcilla y hierba a lo largo del curso. El título refuerza su posición en la clasificación mundial y lo afianza como uno de los grandes favoritos para las ATP Finals de final de año.
Fritz, digno rival
Taylor Fritz, número uno del tenis estadounidense, llegaba a la final tras una sólida semana en la que derrotó a Diallo, Borges, Korda y Brooksby. Sin embargo, poco pudo hacer frente a la intensidad de Alcaraz. Pese a sus seis saques directos y algunos momentos de brillantez, el californiano terminó superado por la presión constante del español, que logró cuatro roturas de servicio en total.
El propio Fritz, con vendaje en el muslo izquierdo, reconoció al final del partido el mérito de su rival: “Carlos está jugando a un nivel altísimo. Hoy ha sido más sólido en los puntos importantes”.
Mirando al futuro
Alcaraz, por su parte, destacó tras el triunfo que “Tokio siempre ha sido un torneo especial” y que ganar allí supone “un impulso enorme para lo que queda de temporada”. El murciano viajará ahora a Shanghái para disputar el Masters 1.000, con la confianza reforzada y la vista puesta en seguir ampliando una temporada ya histórica.
Tokio coronó a Alcaraz como emperador del tenis en Japón . Un paso más en la carrera de un jugador que no se cansa de ganar.