JERUSALÉN (AP) — El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, podría haber superado finalmente a Hamás.

Tras enfrentar meses de acusaciones de genocidio, condición de paria y presión global para detener la guerra en Gaza, Netanyahu ha acordado un plan de alto el fuego con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El plan de 20 puntos, presentado por ambos mandatarios en la Casa Blanca, favorece en gran medida a Israel.

Hamás dice que aún estudia el plan y que responderá pronto. Pero mientras Trump reúne apoyo internacional para la propuesta, incluso de los aliados más cercanos de Hamás, el grupo rebelde islámico podría tener dificultades para rechazarla.

“En lugar de que Hamás nos aísle, le dimos la vuelta a la situación y aislamos a Hamás”, presumió Netanyahu en un video en redes sociales antes de salir de Washington.

Este es un vistazo más de cerca:

A lo largo de casi dos años de guerra, el primer ministro israelí ha prometido avanzar hasta lograr una “victoria total”: no solo devolver a los rehenes retenidos por Hamás y derrotar al grupo en el campo de batalla, sino también expulsarlo del poder y destruir sus capacidades militares.

Dado el profundo arraigo de Hamás en la sociedad palestina, los críticos han ridiculizado esta visión como poco realista. Pero el plan de Trump valida en gran medida este objetivo.

Hamás tendría que liberar a todos los rehenes, vivos y muertos, en los días posteriores a la entrada en vigor del plan. Se vería obligado a desarmarse y entregar el poder a un grupo de tecnócratas apolíticos, supervisados por un organismo internacional liderado por Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair.

Israel mantendría una presencia militar indefinida dentro de Gaza, a lo largo de su frontera con Israel. Una fuerza internacional, compuesta en gran parte por tropas de países árabes y musulmanes, sería responsable de la seguridad dentro de Gaza. Estados Unidos lideraría un gran esfuerzo de reconstrucción en el enclave financiado internacionalmente.

El plan prevé un eventual papel para la Autoridad Palestina, algo a lo que Netanyahu se opone. Pero exige que dicha autoridad, que administra varias partes de Cisjordania, se someta a un programa de reforma integral que podría tardar años en implementarse.

El plan de Trump es aún más vago sobre un futuro Estado palestino, otro punto al que Netanyahu se opone. Aunque se refiere a un posible “camino creíble” hacia una solución de dos Estados, el lenguaje es poco claro y no hay plazos, dejando la puerta abierta para que el político israelí retrase o ignore el tema.

En su video publicado en redes sociales, Netanyahu insistió en que no había acordado un Estado palestino. “Es un peligro para Israel y, por supuesto, no estaremos de acuerdo con ello”, dijo.

Hamás, que desencadenó la guerra el 7 de octubre de 2023, puede reclamar algunas victorias de acuerdo con el plan.

Lo más importante es que Israel deberá liberar a cientos de prisioneros palestinos, incluidos unos 250 que cumplen cadenas perpetuas tras ser condenados por ataques mortales contra israelíes. Tales liberaciones son dolorosas e impopulares para el público israelí.

Sin embargo, los palestinos ven a los prisioneros como héroes y víctimas en una lucha contra la ocupación israelí, y cualquier liberación sería considerada por el público palestino como un gran logro.

Hamás también puede afirmar que obligó a Netanyahu a reconocer las aspiraciones de un Estado palestino, aun si los términos del plan son vagos.

Tel Aviv también hizo otras concesiones: Trump e Israel abandonaron un plan para expulsar de Gaza a los dos millones de palestinos. La nueva propuesta dice que todos los palestinos pueden quedarse, y cualquiera que decida irse podrá regresar.

Israel también se comprometió a no anexar ni construir asentamientos en Gaza, un sueño favorecido por los aliados ultranacionalistas de la coalición de Netanyahu. Eso ocurre después de que este último, bajo presión de Estados Unidos y los árabes, parece haber abandonado sus amenazas de anexar Cisjordania.

El plan de Trump no menciona Cisjordania. Funcionarios árabes, que declararon bajo condición de anonimato para hablar sobre las negociaciones a puerta cerrada, dijeron que tal lenguaje fue eliminado a petición de Israel.

A pesar de sus pequeñas ganancias, Hamás parece ser el gran perdedor según el plan de Trump. Sin embargo, es posible que no pueda rechazar la oferta. El mandatario estadounidense dijo a los periodistas el martes en la Casa Blanca que Hamás tiene “tres o cuatro días” para responder a la propuesta.

Tras dos años de guerra, Hamás ha sufrido grandes pérdidas y solo ejerce una pequeña fracción del poder que una vez tuvo. Aunque es difícil evaluar su popularidad en Gaza, está claro que muchas personas en el devastado territorio quieren que la guerra termine a cualquier costo.

Además, sus principales aliados en la región —Irán y Hezbollah, el grupo político-militar con sede en Líbano— han sido gravemente debilitados por los ataques israelíes y estadounidenses.

Las expresiones de apoyo de los países árabes a la propuesta también podrían acorralar a Hamás.

Una declaración conjunta de países árabes y musulmanes recibió con beneplácito la propuesta y expresó su disposición a trabajar para finalizarla e implementarla. Entre ellos están Turquía, Egipto y Qatar, que tienen buenas relaciones de trabajo con Hamás, así como otros países influyentes, como Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Pakistán y Arabia Saudí.

Aun así, el texto de la propuesta publicado el lunes por la Casa Blanca generó reservas entre algunos países árabes, dijeron funcionarios de esas naciones a The Associated Press.

Mencionaron que el texto había sido cambiado con respecto a lo que habían discutido previamente con Trump para hacerlo más favorable a Israel. Señalaron los términos imprecisos sobre la retirada de las tropas israelíes, la falta de un marco de tiempo para permitir que la Autoridad Palestina gobierne Gaza y la ausencia de un camino claro hacia un Estado.

Los funcionarios dijeron que sus países estaban en contacto con sus homólogos estadounidenses sobre los cambios. Hablaron bajo condición de anonimato para discutir las conversaciones tras bambalinas.

Eso podría darle a Hamás espacio para intentar negociar cambios más favorables en la propuesta.

Pero debilitado por la guerra y cada vez más aislado en la región, puede que no tenga otra opción que aceptar el plan.

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El corresponsal de la AP Samy Magdy contribuyó informando desde El Cairo.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.