Teóricamente, no se concibe un gobierno sin un Poder vigoroso y fuerte, pero fundamentalmente respaldado legalmente con una suprema capacidad rectora y una ilimitada capacidad coercitiva, de donde se origina el abuso.
En el Ejecutivo, la fuerza del Poder se logra, mediante un conjunto de atribuciones de mando asignadas por la Ley y el respaldo de un vigoroso e institucionalizado Poder de Policía, que incluye la subordinación clara e incondicional de las Fuerzas Armadas, cuyo ejercicio funcional está totalmente subordinado al mando supremo del Presidente de la República, jefe del Estado y del Ejecutivo, cuya legislación incluyen también la Jurisdicción Penal y Administrativa militar.
En cuanto al Legislativo, el Poder contempla la figura de la inmunidad parlamentaria, que hecha para prot