Hace algo más de dos años, la vida de Alejandro Manrique y la de todo un entorno dio un vuelco. Un salto al mar antes de tiempo o, como lo llama él, un mal cálculo, le provocó una lesión medular con la que convive desde entonces y que a punto estuvo de costarle la vida. Sus sueños como futbolista y entrenador quedaron en stand by, pero desde ese momento, además de agradecer estar vivo, se centró en su recuperación, en llegar tan alto como su lesión se lo permita y, cuando llegue el momento, perseguir nuevos sueños.
Mientras tanto, trabaja cada día para lograrlo y divulga y conciencia a través de las redes sociales algo que le ha ayudado a asimilar su nueva situación y con li que espera poder ayudar a mucha gente.