El viaje que plantea Oliver Laxe en Sirat encaja en esa expresión popular de susto o muerte.

“Esta película invita a los espectadores a ir hasta sus límites. Durante el rodaje, todos fuimos a nuestros límites. La hicimos como si fuera la última. A veces los filmes nos permiten, nos provocan ir a otro nivel de percepción”, explicó el cineasta en la abarrotada sala Alice Tully Hall, sede central del Festival de Cine de Nueva York (NYFF), en el estreno de su trabajo en esta ciudad tan peliculera.

La noche de este pasado miércoles supuso el kilómetro cero de la andadura que persigue que los académicos de Hollywood acepten en su lista final a la película escogida por España para participar en los Oscars.

Reflexiones

Laxe dice que su trabajo busca “cuidar al espectador” y López considera e

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