La historia de María Paula Correa con la política comenzó siendo casi una niña. A los 15 años, vestida con su uniforme del colegio y con una convicción poco común para su edad, se sumó a la campaña presidencial de Andrés Pastrana en 1998, repartiendo volantes y soñando con un país distinto.

Aquel primer paso fue apenas el inicio de un camino que, años después, ya en la universidad, la llevaría a vivir de cerca la intensidad de la campaña de Álvaro Uribe en el 2001.

Con la misma pasión y valentía que la han caracterizado, descubrió que lo suyo era una vocación de vida: servir desde lo público y abrirse espacio en un mundo dominado por hombres, con la certeza de que los sueños también se construyen con “trabajo incansable”, como ella misma lo afirma.

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Marí

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